4 Creencias (falsas) que no te Permiten Disfrutar tu Maternidad
Updated: Feb 9, 2020
Las mamas nos exigimos mucho, tenemos expectativas irreales sobre lo que deberíamos ser y hacer para ser “buenas mamás”.
Lo veo todos los días en mi consulta, mujeres agotadas y que se sienten culpables porque no están cumpliendo con lo que se supone que deberían hacer como mamás. Madres agobiadas tratando de cumplir con cada uno de los requisitos impuestos por la sociedad y con cada desvío de esa “norma” viene la culpa y la vergüenza.
¿Será que esta es la única manera de vivir la maternidad?

No tiene por qué ser así... La maternidad no tiene por qué ser un viaje de autoexigencia y sacrificio.
Si bien no hay duda que hay cosas que cambian, estoy convencida que si flexibilizamos nuestros criterios perfeccionistas podemos disfrutar una maternidad más real, más compasiva, más amable con nosotras mismas y que nos haga sentir más plenas.
Por eso, quiero que analicemos y cuestionemos 5 creencias FALSAS que pesan en el inconsciente colectivo como madres.
1. Tengo que ser aprobada y aceptada por mis familiares y conocidos.
FALSO: es completa y absolutamente imposible que todas las personas a tu alrededor coincidan en que tus decisiones de crianza y personales son las correctas. Si ni siquiera los profesionales de salud se han puesto de acuerdo en lo que es “correcto” o “incorrecto” al momento de criar ¿Cómo esperas que todos a tu alrededor te apoyen?
No solamente es imposible, sino que no es necesario. Trata de analizar, ¿para qué necesitas que todos estén de acuerdo contigo? Cuando alguien te critica o te juzga… ¿eso significa que TU estas mal? ¿O que la otra persona está mal?
O simplemente es una muestra de la individualidad de cada familia y del derecho de cada quien de pensar diferente.
No necesitas que todos te apoyen para estar segura de que estas tomando las decisiones correctas. Necesitas informarte, tener herramientas y conectar con tu intuición.
2. Tengo que tener el control sobre todas las conductas y reacciones de mis hijos.
FALSO: empecemos entendiendo que nuestros hijos no nos perteneces. No son pequeños robots que podemos moldear según nuestro ideal de lo que un hijo “debería de ser”. Cada niño y niña nace con una genética, un temperamento y en un entorno que van moldeando sus respuestas. Tratar de que todo el tiempo actúen según nuestra expectativa no solo es agotador, sino que invalida por completo la individualidad de tu hija.
Que SI podemos controlar (y no siempre la verdad) > nuestras respuestas. Nosotras SI podemos decidir si repetimos patrones de nuestra infancia que en su momento nos hicieron daño o si nos informamos y nos llenamos de herramientas que nos ayuden a entender a nuestros hijos y a responder de la mejor manera posible.
3. Una buena madre se sacrifica por sus hijos.
FALSO: una buena madre toma las decisiones que considera son las mejores en pro del bienestar de su familia. En ocasiones eso implica tener que sacrificar sus propios intereses por poner de prioridad los de su hija. Pero en otras eso significa decirle que no a sus hijos y ponerse de prioridad a ella misma.
Suficiente del ideal de madre sacrificada que entrega su vida entera por sus hijos. Tus hijos necesitan una madre feliz, una madre que modele el autocuidado y que les enseñe lo que significa ser un adulto realizado.
4. Tengo que estar feliz y sentirme siempre enamorada de mis hijos.

FALSO: creo que todas las mamás en algún momento de su vida han querido estar solas en una playa vacía sin que nadie las moleste ni les pregunte donde están sus cosas. Esperar que el amor por los hijos sea algo lineal, constante y sin alteraciones, es simplemente invalidar que somos seres humanos con emociones, deseos y expectativas.
Esto no significa que no ames profundamente a tu hija y que consideres que es una bendición en tu vida. Simplemente significa que como seres humanos, las relaciones tienen altos y bajos y siempre van a haber actitudes o comportamientos del otro que detonen en ti sentimientos desagradables, y que esos sentimientos no te definen como "buena" o "mala" madre.
Atrévete a crear una maternidad a tu medida. No existe un único modelo de buena madre. Si queremos hijos felices, tenemos que mostrarles lo que es un adulto feliz.
Con cariño,
Sandra